lunes, 16 de marzo de 2009

SALCES

QUE ES MI PUEBLO





SALCES, pueblo campurriano situado en el centro de una planicie a 2,5 kilómetros de la ciudad de Reinosa, en la carretera provincial desde esta ciudad a Cabezón de la Sal, en la orilla izquierda del río Ebro, a dos kilómetros escasos de su nacimiento.
Pertenece a la Hermandad de Campoo de Suso, compuesta por 24 pueblos, que forma parte con diez municipios más del partido judicial de Reinosa.

Su terreno es llano en su mayor parte, si bien cuenta con varios altozanos a modo de columna vertebral de este a oeste y que definen las cuencas del Ebro y del Hijar denominados: La Guariza, Mesquería Grande, Mesquería Chica y Sotío.
Por él discurre además del Ebro, el arroyo de La Miña, primer afluente del gran río.

Durante siglos, los habitantes de este Valle de Campo, al que Salces pertenece, vivieron de una manera muy primitiva y con una economía muy precaria, basada en la cría de un poco de ganado autóctono, como la vaca campurriana, hoy desaparecida, y la vaca tudanca, en peligro de extinción; yeguas de buena calidad que daban unas mulas de gran aprecio en Castilla; un pequeño rebaño de cabras y ovejas, completada con la siembra de patatas y trigo para consumo familiar, y la matanza del cerdo como base de su alimentación.

Salces es un pueblo muy abundante en arboledas, principalmente chopos que se desarrollan con facilidad en su terreno húmedo, así como fresnos, olmos y sobre todo salceras, en un ambiente de clara transición entre la meseta castellana de campos ocres y las montañas verdes de la Cantabria hacia el mar.


Tiene dos puentes “romanos” sobre el Ebro, pertenecientes a la vía IV Iniecta Glarea, la cual tuvo el recorrido siguiente: Reinosa, Salces, Villacantid, Naveda, Riaño, Abiada, Pozo de la Ureña, lugares todos ellos de la citada Hermandad de Campoo de Suso, y por Piedrasluengas con dirección a Liébana.

Hasta mediados del siglo XX, fue importante su actividad harinera, con tres molinos funcionando en el cauce del Ebro. El primero, aguas arriba del pueblo, el Molinuco, molino maquilero de poca capacidad; en el medio del pueblo, conocido como la Aceña, funcionó otro que posteriormente fue transformado en taller de carpintería; y el tercero y más importante, con capacidad a nivel industrial, denominado “La Primera del Ebro”, el cual fué fundado por don Antonio López y López, Marqués de Comillas, a principios del siglo XIX. Los dos primeros, han sido transformados en sendas casas de vivienda, “la fábrica”, en denominación local, ha sido convertida en horno de pan, y en su aceña, se instaló una piscifactoría, la cual funcionó con éxito hasta 1.990.

En el terreno municipal de Salces, se explota una buena cantera de piedra caliza utilizada para cantería y, sobre todo, para la obtención de cal, en un calero artesanal al pié de la misma. Funcionan también con éxito los talleres Regulan, S.L. de calderería y mecanizado de piezas, construcción de estructuras, cuñas quitanieves, etc. , y, la empresa Mármoles Salces, S.L., en la se que se elaboran todo tipo de lápidas y la empresa de transportes internacionales “El Cepelludo”, con su amplia flota de camiones.


Herrero hubo con fragua de gran fuelle manual, forjador de herramientas de labrador y rejas de arado romano, y muchas fueron también las llantas metálicas que “calzó” a las ruedas de madera de carros “chillones” con ejes de madera ligeros, y de “carromatos” con ejes metálicos más pesados, ambos para yuntas de vacas y bueyes.

Fue muy popular a mediados del s.XX la taberna “La Majueta”, con bolera y baile de manubrio los domingos y días de fiesta, así como la taberna de “la Quica”, también con bolera. En la actualidad, la primera, sigue funcionando con gran éxito y con mayor entidad se inauguró hace unos años el bar-restaurante, con servicio de hospedaje, “Los Valles”, mejor conocido con el topónimo ”El Campurriano”. Recientemente se ha abierto al público una casa rural con el nombre de “La Posada de Salces”.

En arquitectura civil, no tiene ninguna “casona” con interés suficiente para su mención, si bien, todo su caserío sí reúne las condiciones suficientes para proporcionar al lugar un conjunto aceptable.
Su iglesia, situada en el centro mismo del pueblo, le divide en dos barrios bien definidos, el de “arriba” y el de “abajo”. Es del siglo XVII, y en ella destaca el campanario en geometría circular que da cabida a la escalera en caracol de acceso al campanil. Está bajo la advocación de San Miguel Arcángel, representado en una bella imagen de madera policromada, situada en el altar mayor. Sin embargo su fiesta patronal se celebra el día de San Antonio de Padua, el día 13 de junio, por interés expreso de un cura del pueblo, en el siglo XIX, de nombre Antonio y que con el tiempo se fue popularizando hasta convertirse en tradición.
En el lugar denominado los Cagigales, hay una pequeña ermita en la que se venera a la Virgen de los Dolores, pero a nivel popular es conocida como la Virgen de los Cagigales.

Hacia el año 1.985, el Ministerio de Obras Públicas, derribó la última casilla de camineros existente en la zona, utilizada como vivienda de los antiguos peones camineros, encargados de arreglar los baches y otros deterioros que se producían en la calzada. Cada caminero tenía a su cargo un recorrido de una legua.

Salces fue durante muchos años residencia habitual de verano del doctor don Carlos Jiménez Díaz, en la casa solariega de su mujer Conchita, doña Concepción Rábago, oriunda de este pueblo, (fundadores de la Clínica de la Concepción de Madrid, de aquí su nombre), en cuya finca junto al Ebro, se hizo construir una cabaña de madera, entre el cauce del río y la aceña del molino próximo, que llegó a ser muy popular por el puente levadizo sobre el río que le proporcionaba al ilustre médico un aislamiento total en sus horas que pasaba en ella dedicado al estudio y a la investigación médica.
En uno de los veranos en Salces, después de acabada la guerra de 1.936-39, don Carlos, se vió afectado de una neumonía muy aguda y necesitó de unas dosis de penicilina, las cuales fueron obtenidas en la clandestinidad más absoluta ya que en aquellos primeros momentos solamente se conseguía por medio del contrabando. Sería la tercera persona en España a la que se le aplicara la penicilina, después de una niña en Madrid y un adulto en La Coruña.

Nacida en Salces fué la monja Bernarda de Tagle Seco, el día 23 de julio de 1.814, hija de Diego Tagle, natural de Reinosa y de Tomasa Seco, natural de Matamorosa.
Ingresó en el Real Monasterio de Las Huelgas de Burgos el 29 de abril de 1.830, cuando aún no había cumplido los 16 años de edad. En él llegó a ser Abadesa en 1.864.


Salces, es también un apellido ilustre, como el del pintor Manuel Salces, nacido en el pueblo de Suano (Campoo de Suso),en 1.861, y utilizado por don José María de Pereda en su obra “Peñas Arriba”, en el personaje Pitu Salces.

Haciendo ahora un breve recorrido por su historia, nos encontramos con su primera mención escrita en el Fuero Apócrifo de Cervatos concedido por el Conde Sancho García, en el año 999, “Para que los ganados dependientes del monasterio de Cervatos, al igual que los del rey, pudieran pacer las yerbas y beber las aguas sin pagar montántico alguno”.

Es muy posible que Salces ya existiera cuando en el año 200 a.de C. el historiador romano Marco Porcio Catón, escribiera que “el río Ebro nace en el país de los cántabros”. Salces se encuentra muy cerca del nacimiento del Ebro en Fontibre.

En la Edad Media, Campoo, constituyó una de las grandes demarcaciones del Reino, como está reflejado en el libro del Becerro de las Behetrías o libro de las Merindades de Castilla, que mandó formar Pedro I en 1.352, como registro oficial de los lugares del Reino.


A la muerte de doña Leonor de la Vega, ocurrida el día 14 de agosto de 1.432, se procedió a realizar un inventario de sus bienes, vasallos y derechos que la correspondían en el Mayorazgo de Campoo, Liébana y las restantes Merindades de Castilla, y, uno de los lugares de Campoo, era el pueblo de Salces.

En las Ordenanzas de la Hermandad de Campoo de Suso del año 1.551, figura entre los firmantes don Gonzalo Jorrín, como “fiel del Concejo de Salces”.

En el s. XIX, con la creación de las Intendencias, la comarca campurriana pasó a pertenecer a la entonces provincia de Toro y posteriormente a la de Palencia, hasta que en 1.833 pasó definitivamente a la provincia de Santander, en los asuntos civiles, y en los eclesiásticos siguió perteneciendo a Burgos. En la actualidad ya pertenece a la diocesis de Santander.

En el siglo XVIII, toda la comarca gozó de una buena importancia comercial, basada en la calidad de “Villa de portazgo” que le fue concedido a Reinosa, por su situación estratégica, para el pago de las mercancías que llegaban en carros desde Castilla hasta el puerto de Santander, aumentada con la construcción del “camino real”, hoy carretera N.611, y, también por el hecho de celebración en Reinosa de un mercado otorgado por Enrique IV.

Estas circunstancias favorables, motivaron el florecimiento de la carretería, que fue muy importante para la comarca hasta la llegada del ferrocarril en 1.858, Alar del Rey – Santander.

En el año 1.919, se instaló en Reinosa, la Sociedad Española de Construcción Naval, de gran prestigio internacional, proporcionando a todos los pueblos limítrofes una nueva situación económica, dando lugar a lo que se denominó “obrero mixto”, que trabajaban en la fábrica y alternativamente se dedicaban a la siembra y a la ganadería, a pequeña escala, de acuerdo con la tradición familiar secular.

SALCES toma nombre por la abundancia de “salceras” (clase de sauce) que crecen espontáneas a la orilla del Ebro.


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3 comentarios:

Rukaegos dijo...

Cielos, qué sorpresa Emilio, encontrarte por esta blogosfera progresista :)

Seguro que tú no me recuerdas, porque yo era un chavaluco cuando nos presentaron, pero si te digo mi nombre, seguro que te suena: Regino Mateo (no el madrileño, sino su sobrino el reinosano, el hijo de Pepín).

Qué bonito recordar ese hermoso territorio de Campoo, aunque por cosas de la familia apunto a Espinilla, claro.

Curiosidades añadidas, ¿sabes que tengo un cuadro tuyo en mi lugar de trabajo, de una exposición que hiciste hace muchos años en el Centro Cutltural Doctor Madrazo de Santander?

Un fuerte abrazo de campurriano a campurriano :)

Emilio Jorrin dijo...

Amigo Regino:

Sorpresa muy agradable también para mí con encontrarnos.
!Claro que te recuerdo! y a tus padres. Tu tio Regino y yo, aquí en Madrid, somos muy buenos amigos desde hace muchos años.

También conocí mucho a tu abuelo Regino, que era por cierto muy amigo de mi padre Emilio y jugaban juntos a los bolos allá en Campoo.
En fin, como ves hay referencias de amistad por todos los lados.

Te invito a que entres en mi otro blog personal (emiliojorrin.blogspot.com) en el que estoy colgando algunos de mis cuadros y podrás ver paisajes de Campoo.

Nada más un cordial abrazo muy campurriano desde la Villa y Corte.
Emilio.

Unknown dijo...
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