Es un pueblo de la Hermandad de Campoo de Suso (Cantabria), situado en el sector norte, en la ladera sur del monte Cuenca de Proaño, bien arropado por éste de los vientos fríos del norte, con un terreno ondulado en parte y en pendientes medias, apto para la ganadería . Es abundante en fuentes con aguas de muy buena calidad, como la fuente de La Hontana en el centro del pueblo.
Está comunicado por una carretera local de 2 km. Desde el kilómetro 9 de la carretera Espinilla a Brañavieja, a través de las praderas Praorredondo y Parrompliz.
En el interior del pueblo resisten el paso del tiempo un buen conjunto de casas típicas campurrianas que datan del año 1.660, con paredes vigorosas recubiertas con argamasa, ventanas pequeñas y tejados resistentes al peso de la nieve. La vivienda en la parte superior delantera mirando al mediodía y en la parte trasera la cuadra y pajar, amplio corral y colgadizo para los aperos de labranza.
La iglesia parroquial es del siglo XVII, en la que destaca su torre, dedicada a San Cipriano, cuya fiesta se celebra el día 16 de septiembre.
Es un pueblo de interés histórico-cultural y está incluido en la ruta turística campurriana, inmortalizado por José María de Pereda en su libro “Peñas Arriba”, con la denominación de Provedaño.
En su entorno se halla la torre medieval de los Ríos de Proaño, un conjunto de casona, torre y ermita, conocido como La Torre de Proaño.
Se trata de una edificación de finales del siglo XII y principios del XIII, perteneciente a la dinastía de los Ríos, aposentada en ella desde hace más de cinco siglos. Una ilustre casa, en palabras de uno de sus moradores más ilustres, don Ángel de los Ríos, conocido como El sordo de Proaño: “En ella tuve la honra de nacer, he tenido el gusto de vivir y espero tener el consuelo de lanzar mi último suspiro”.
La torre es de piedra y argamasa, con esquinas labradas de sillería, sin almenas. La puerta es de arco apuntado, sobre la cual se halla el escudo de los Ríos de baja calidad artística. En el interior se mantiene parte de estructura de madera de las cuatro plantas y parte de la escalera. Se conserva la puerta de madera, herrada y claveteada, una de las pocas ya existentes en la actualidad. En 1.994 se restauró el tejado de cuatro aguas, que tiene un nivel por debajo de los muros.
El conjunto general está constituido, además de la torre, por tres cuerpos diferentes de viviendas de construcción más moderna, situados en forma de L, dedicadas hasta fechas recientes a la ganadería y labranza, manteniéndose algunas cuadras y pajares.
La casa que mira al sur contiene una solana mantenida por cuatro columnas de piedra, dos redondas y dos cuadradas, que es lo más destacable de la casa, y la vieja hornera de cocer el pan. El módulo central contiene la biblioteca, denominada a nivel interno de la familia como el “cuarto de la trampa”, por su sistema de acceso, y un pozo de agua con brocal. El módulo primero, junto a la portada principal, denominada a nivel familiar como la “casa de las viudas”, por ser habitada por éstas cuando esta situación se producía.
Estas viviendas, que forman un bloque, fueron modificadas en 1.725 y en 1.775, como indican algunas inscripciones en las piedras de la fachada. En la actualidad están siendo restauradas y adaptadas a los nuevos tiempos por sus herederos propietarios.
Entre los muebles más preciados se conservan una “perezosa” (banco y mesa abatible de roble, que cita Pereda en Peñas Arriba); arca de roble de gran cabida; sillón con escudo de armas de los Ríos…
La capilla anexa, con acceso por la fachada que mira al este, bajo la advocación de San Eulalia, tiene sobre el tejado una campanuca, en una pequeña torreta de piedra, que se toca desde el interior. En ella se conservan cuatro cuadros en regular estado, procedentes del palacio de las Leyes de Toro; altar de roble tallado; sillón con escudo; una imagen de Santa Ana, la Virgen y el Niño del siglo XIV; una imagen de Santa Eufemia, procedente de una ermita de Herrera de Pisuerga, así como varias estelas procedentes de la necrópolis de Espinilla, probablemente de los siglos VII y VIII.
La entrada principal, en la fachada este, es una portada de arco y un postigo, con una inscripción sobre el arco “Ave María Purísima”.
En el corral o patio interior se conserva una piedra del viejo molino que funcionó anexo al conjunto, hoy tapado en parte por la carretera, del que quedan algunos restos entre la maleza.
En esta casa solariega eran heredadas todas sus posesiones por el primogénito, mediante el sistema feudal de Mayorazgo. En tiempos del ilustre “Sordo de Proaño”, el titular del mayorazgo era su hermano mayor Valentín de los Ríos y Ríos.
En el término municipal de Proaño, en el camino hacia Villar, en la zona del monte Ferrera, existió un poblado, desaparecido hace siglos y también un pequeño humilladero.
En este pueblo de Proaño se efectuó el primer cultivo de patatas en la comarca. Lo hizo el vecino del pueblo don Fernando Pérez hacia el año 1.797, que las sembró en su huerto con un éxito indudable, el cual dio motivo a su implantación inmediata en todo el municipio, bajo la iniciativa de la Sociedad Cantábrica de Amigos del País.
Con la denominación de Museo Estudio “El Pajar”, don Luis Ángel Moreno, está recopilando una interesante muestra etnológica campurriana. Inició su labor en 1.978 y ya cuenta con más de mil piezas de un valor importante. Entre sus varios conjuntos se puede destacar el relativo al cultivo del lino y su manipulación en Campoo, y como una de las piezas más valiosas del museo se puede citar un “vaso de pastor”, hecho con cuerno de vaca y taponado por abajo con cera de abeja, decorado con una simbología que incluye a los hombres que se hacen cargo de los animales mayores y a las mujeres de los pequeños; el árbol de la vida; una paloma; tiene también presente el amor ; el vaso de la abundancia y un tríptico de cruces.
CONSERVANDO TRADICIONES.
Es un pueblo amante de sus tradiciones entre lo que destaca su participación el Día de Campoo en las fiestas y ferias de San Mateo en Reinosa, en el certamen de Carretas típicas, en el que cosechan premios importantes por la calidad artística de sus carretas, montadas en carros típicos de Campoo tirados por parejas de vacas de raza tudanca de lucidos cuernos, autóctonas de la comarca.
Celebran también con auténtica complicidad romera la fiesta de su Patrón San Cipriano con romería típica y competiciones deportivas.
Así como la popular “cena de la borrega”, en recuerdo de la fiesta que se efectuaba a la llegada en primavera de las ovejas merinas procedentes de Extremadura a pastar a las brañas campurrianas y a la despedida en otoño, cuando los pastores borregueros invitaban al pueblo a la degustación de una de sus ovejas como símbolo de concordia y buena armonía.
El día 1 de mayo de 2.009, se inauguró el Centro Cultural instalado en la escuela del pueblo convenientemente rehabilitada en el que destacan sus bellas y vetustas vigas de roble a la vieja usanza. Dispone de bar, bien atendido por Luciano y un amplio salón de actos. Es sede de la recién creada Asociación Cultural-Deportiva PROAÑO, de pujante actividad.
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1 comentario:
Me lo apunto, Emilio!! A ver si un día paso por allí a disfrutar de este lugar!1
Saludos desde barajas, no desde Alcalá (jeje)
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