martes, 23 de junio de 2009

LA NOCHE DE SAN JUAN

San Juan. Día 24 de junio:

Fiesta muy importante en el calendario nacional festivo, por su amplitud y calado. Está considerada como la fiesta más celebrada en Europa.

En la noche de San Juan, España arde en llamas; las hogueras se suceden por toda la geografía hispana, en una manifestación llena de encanto y buenos presagios en la noche más corta del año, el solsticio de verano, en donde la oscuridad se reduce a su mínima expresión, dando a la luz su mayor protagonismo.

En torno a esta noche de magia y amor, se han ido tejiendo un sinfin de leyendas, supersticiones y creencias; canciones, coplas, dichos y refranes; bailes, danzas y manifestaciones varias, que en tiempos pretéritos a nuestros antepasados, les hacían creer y soñar en cosas beneficiosas y en un bello futuro, ya que en esta noche mágica nunca aparecen seres malignos ni malos espíritus.

Además del fuego, es también un elemento fundamental el agua, a la cual, se la atribuyen propiedades curativas en esta noche llena de buenos augurios, y así por ejemplo varias localidades de Zaragoza, las muchachas en la media noche van a bañarse al río.


El agua, en la mañana de San Juan, da el amor, la fecundidad y la fortuna.
¡Dichosa la moza que coge en ese día la flor del agua al rayar el alba!, y ¡Dichoso el hombre que la bebe!.


También era beneficioso para los hombres darse un chapuzón en la cabeza, y por ejemplo, los madrileños lo hacían en la fuente que hubo en la Puerta del Sol llamada Mariblanca.

Otra de las supersticiones, está relacionada con la salud, y más concretamente con los niños que padecían hérnias, a los cuales, en el amanecer, se les pasaba por un árbol, a cuyo lado se colocaba un hombre llamado Juan y al otro lado una mujer que se llamara Juana.

El conjunto de ritos y ceremonias que se han celebrado a través de los siglos, han sido estudiados por el etnólogo don Julio Caro Baroja en su libro "La estación del amor".


En Madrid, además del rito del agua comentado, las fiestas de San Juan tuvieron importancia, hasta su prohibición por el rey Felipe II, en el año 1.586, circunstancia que motivó un gran alboroto popular, pero el pueblo acabó por acatar la desafortunada orden del monarca.

Posteriormente, se recuperaron de nuevo y se celebraron en el Prado y llegaron otra vez a un alto grado de participación, como así lo indica a mediados de siglo XIX el alemán Moritz Willkomm:
"Otra fiesta importante de Madrid, es la víspera de San Juan en el Prado, con fuegos, cohetes, cantos, bailes toda la noche, con música de guitarras, tambores y castañuelas, en la cual se pueden ver muchos trajes populares".


En Alicante, son de sumo interés las Fogueres de Santo Joan, si bien son más recientes que las que se celebran en otros puntos de España.
Esta fiesta del fuego tiene reminiscencias paganas que anuncian la entrada del verano y otras interpretaciones.

En Soria, en la localidad de Pedro Manrique, se efectúa la tradicional "Pasada del fuego" y el rito de "Las Móndidas":


Pasada del fuego: En la noche del 23 de junio, los habitantes de la localidad soriana de Pedro Manrique, repiten año tras año un viejo rito de caminar con los pies descalzos sobre las brasas encendidas de una gran hoguera , incluso a veces lo hacen con una persona a hombros, sin quemarse.

Las gentes del pueblo dicen y aseguran que esto solo lo pueden hacer los lugareños de San Pedro, ya que los forasteros que lo intentaran se quemarían.
Hay quien opina que se trata de un rito de culto al sol, ya que comienza ese día un nuevo ciclo, pues la ceremonia se hace mirando al poniente.
Otros dicen que hay en ello rasgos prehistóricos y no falta quien asegura que se trata de un milagro.


Mondidas: Este es el nombre que se les da en la localidad soriana de San Pedro Manrique, a tres mozas que en la mañana de San Juan, vestidas de blanco con una cinta roja en la cintura y un mantón rojo de seda fina, llevan su canastillo en la cabeza, con un pan y tres arbujuelos (ramitas de árbol recubiertas de pan), y que acompañadas por el alcalde, a caballo, y los concejales vestidos con un traje especial y bicornio, esperan la salida del sol en un cerro, para regresar a la iglesia en comitiva y ofrecer los arbujuelos al sacerdote y a los concejales.


Dentro de los actos de la fiesta, se cierran las puertas de las murallas haciendo un simulacro de expulsión de los judíos y forasteros en general. Luego en la plaza del ayuntamiento, se forma la comitiva al son de la gaita y tamboril y visitan todos los caminos que conducen a la localidad. También recorren el monte rocoso, en donde se encuentra la iglesia de la Virgen de la Peña, se celebra misa solemne y al término todos vuelven a la plaza del ayuntamiento, en donde tiene lugar la toma de un refresco, los concejales bailan con las móndidas y se recitan versos que aluden al supuesto motivo de la fiesta, es decir, la conclusión del tributo de las cien doncellas por efecto de la batalla de Clavijo.

Otras versiones recogen que Las Móndidas eran vírgenes que en la fiesta y adoración solar ofrecían al astro rey el pan de sus canastillas, desempeñando por unas horas, o por más tiempo, el papel de sacerdotisas.

Julio Caro Baroja opina que: "Sabido lo que sabemos ya acerca de las Mondas de Talavera, no podemos dudar de que las Móndidas de San Pedro Manrique, son también descendientes de las doncellas que llevaban "cistae" o que hacían un sacrificio rústico. Muchos de los elementos de la fiesta famosa talaverana, aparecen en la fiesta soriana, aunque no coinciden en fecha".


En Zamora, son diversas las hogueras que se encienden en los pueblos en la noche de San Juan, y en especial en Sanabria, en donde según cuenta la leyenda, se puede escuchar el sonido de las campanas del pueblo sumergido en el lago, que tocan para las almas limpias.

En Cantabria, en el Valle de Campóo, también está muy presente la noche de San Juan con la tradicional puesta del ramu (rama de árbol), en el balcón o ventana de la moza, por su novio o rondador, bien adornado y también con algún regalo.

En Extremadura, en la localidad de Coria, un toro corre suelto por las calles de la zona vieja. Desde el día 24 al día 27 de junio, todos los días se celebra un encierro a las cuatro de la madrugada, tras el cual, el toro suelto por las calles, es acosado por los mozos.

En Menorca, en la localidad de Ciutadella, el domingo anterior a Santo Joan, se celebra "el día d'es be", en el cual, un hombre con traje ritual y llevando un cordero que simboliza a San Juan Bautista, convoca a la fiesta.
Los días siguientes, se realiza el jaleo, en el que los jinetes hacen encabritarse a sus caballos.

En Cataluña, en la noche de San Juan, las calles y plazas de los pueblos se iluminan con las grandes hogueras efectuadas y la fiesta transcurre entre el estrépito de los petardos y fuegos de artificio, mientras los romeros comen la tradicional coca regada con cava y celebran el solsticio de verano.
Es también la noche cimera de los Castellers.


Nueve olas: En la localidad de La Lanzada (Pontevedra), en las noches de luna llena,y sobre todo en la noche de San Juan, las mujeres hechizadas y las mujeres estériles, que desean ser fecundadas, van a buscar el milagro que cambie su situación a la playa de La Lanzada.
En la playa a media noche, toman siete olas que van contando de la segunda a la novena o viceversa, según el consejo de la curandera.

Este rito tiene doble finalidad, pues además de conjurar el "meigallo" (maleficio), tiene también poderes de fecundidad.
Actualmente está en vigor, practicado por la "meiga Rosa", que dice haber tenido su mayor éxito con una mujer estéril que concibió trillizos.


En la Costa del Sol se efectúan innumerables hogueras en todas sus playas con degustación, entre otras cosas de las exquisitas sardinas asadas en el popular "espeto".

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