El envejecimiento no es ningún problema sino una circunstancia de la propia vida y así la vejez es un estado de reposo y de libertad.
Apagadas las violencias de las pasiones las personas mayores se ven libres de una diversidad de maldades y al quedar liberadas de las mismas llegan a la cumbre de la sabiduría; del juicio; de la discreción; de la prudencia; de la sensatez…
Pero para conseguir un envejecimiento en positivo hay que vivir de proyectos no de los recuerdos. El pensamiento no tiene edad.
Con la promoción y fomento del llamado MITO OPTIMISTA, y, considerándolo como método positivo de vida, se puede idealizar la vejez, la bien llamada “edad de oro”.
Sonría ¡por favor!. Utilice la risa como camino recto para conseguir la relajación y abrir la puerta a nuestra capacidad de sentir, de amar… para liberar tensiones también, para combatir la depresión o el insomnio, para mejorar nuestras pautas mentales…
Sigmund Freud (1.856 – 1.939), atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. En los años 70, un medico de california aplicó este concepto de la risoterapia y el buen humor como apoyo en el tratamiento de varias enfermedades.
Ya en el antiguo imperio chino 2000 años a.C. existían templos donde las gentes se reunían para reir con el fin de equilibrar la salud. También en ciertas culturas tribales el hechicero llamado “payaso sagrado” curaba a los guerreros enfermos por medio del poder terapéutico de la risa.
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Apagadas las violencias de las pasiones las personas mayores se ven libres de una diversidad de maldades y al quedar liberadas de las mismas llegan a la cumbre de la sabiduría; del juicio; de la discreción; de la prudencia; de la sensatez…
Pero para conseguir un envejecimiento en positivo hay que vivir de proyectos no de los recuerdos. El pensamiento no tiene edad.
Con la promoción y fomento del llamado MITO OPTIMISTA, y, considerándolo como método positivo de vida, se puede idealizar la vejez, la bien llamada “edad de oro”.
Sonría ¡por favor!. Utilice la risa como camino recto para conseguir la relajación y abrir la puerta a nuestra capacidad de sentir, de amar… para liberar tensiones también, para combatir la depresión o el insomnio, para mejorar nuestras pautas mentales…
Sigmund Freud (1.856 – 1.939), atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. En los años 70, un medico de california aplicó este concepto de la risoterapia y el buen humor como apoyo en el tratamiento de varias enfermedades.
Ya en el antiguo imperio chino 2000 años a.C. existían templos donde las gentes se reunían para reir con el fin de equilibrar la salud. También en ciertas culturas tribales el hechicero llamado “payaso sagrado” curaba a los guerreros enfermos por medio del poder terapéutico de la risa.
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