miércoles, 7 de abril de 2010

LA SILLA DE AZAÑA



En compañía de mi mujer y de un buen amigo, Carlos Martínez, comprometido también en temas de mayores, tuvimos recientemente la oportunidad de visitar el “despacho de Azaña" y dentro de este la histórica silla, una de las muchas joyas que tiene el Ateneo de Madrid.

A esta sala de Azaña, le viene el nombre porque el gran político compaginó la Presidencia del Ateneo desde el 18 de junio de 1930 hasta el 30 de mayo de 1.932, y la presidencia de Gobierno y se conserva su silla presidencial.

El Ateneo de Madrid es una sociedad privada constituida por los socios. La dirección y administración del Ateneo de Madrid corresponde a la junta de Gobierno, elegida anualmente por los socios, con arreglo a las disposiciones del Reglamento y a los acuerdos de las Juntas Generales. Cada año se elige a la mitad de sus cargos. La actividad cultural del Ateneo se organiza a través de las Secciones, las Cátedras, las Agrupaciones y las Tertulias, formadas por los socios.
Fue creado en 1835 como Ateneo Científico y Literario.


El primer socio del Ateneo de Madrid fue Mariano José de Larra, Fígaro, admitido el 4 de enero de 1836.

Su primera sede fue en el
Palacio de Abrantes; posteriormente se mudó a la calle Carretas, después a la plaza del Ángel y a la calle Montera. En la actualidad, ocupa el número 21 de la calle del Prado de Madrid en un edificio modernista inaugurado por Cánovas del Castillo en 1884. El edificio es obra de los arquitectos Enrique Fort y Luis Landecho. Arturo Mélida le dio contenido artístico con valiosísimas pinturas de estilo neogriego en el Salón de Actos y en el Salón Inglés.

Por el Ateneo han pasado seis Presidentes de Gobierno, todos los Premios Nobel españoles, los políticos de la Segunda República y los integrantes de la generación del 98, de la del 14 y de la del 27. La dictadura de Primo de Rivera suspendió las actividades del Ateneo. Durante la Guerra Civil española, se mantuvo abierto y se logró preservar la integridad de sus instalaciones, especialmente su Biblioteca, gracias a la labor de Bernardo G. de Candamo, único miembro de la Junta Directiva republicana que permaneció en Madrid durante el conflicto bélico.

La dictadura del General Franco afectó negativamente la actividad del Ateneo. La vuelta a la democracia ha permitido que el Ateneo continúe siendo un centro de referencia cultural de primer orden.
La historia de la vida intelectual y política española no se entiende sin esta institución.

Sabido es que Valle-Inclán presidió una sesión en la que los ateneístas votaron la existencia de Dios, pero más allá del anecdotario, la vida cultural española le debe a esta institución el haber formado a varias generaciones de prohombres.

1 comentario:

SOFIA SUSAÑA UBRI dijo...

Hola Mayor espero que no sea de la sta ,su blogg es muy significativo ,contando los alagos y viscisitudes del oficio Militar ,pero es bueno que las personas se animen.
soy bloguera de la Republica Dominicana .
http://selectivodelmundoentiempodesofia.blogspot.com

entre y vea mi perfil

Felicidades