domingo, 3 de mayo de 2009

DOS DE MAYO

La histórica plaza madrileña Dos de Mayo fue ayer escenario de una fiesta socialista en homenaje y grato recuerdo a Manuela Malasaña, heroína en la gesta del levantamiento del pueblo de Madrid en contra de la invasión napoleónica y que dio origen a la guerra de la Independencia.

Allí estuvimos la Asociación de Mayores Pablo Iglesias participando en este cálido homenaje y también disfrutando del estupendo ambiente que se respiraba por todos los rincones de la plaza con la presencia permanente del monumento dedicado a Daoiz y Velarde junto a los restos del parque de artillería Monteleón, símbolos imperecederos de la importante gesta madrileña.

Hubo floridas intervenciones del escritor Antonio Gómez Rufo ; Juan Barranco, ex alcalde madrileño y Tomás Gómez, secretario general del PSM, con la mirada atenta de la ministra de Sanidad Trini Jiménez, de la ministra de vivienda Beatriz Corredor , y de un buen número de personalidades de la política, de la cultura y de otros campos de la sociedad.





MANUELA MALASAÑA OÑORO.
Nació en Madrid en el año 1971 y murió víctima en el fusilamiento de los “héroes del 2 de mayo de 1.808”.
Hija de un panadero de origen francés españolizado, Juan Malasaña y de Manuela Oñoro. Vivía Manolita con sus padres en la calle San Andrés nº 18 y era bordadora. Una guapa muchacha a juzgar por el retrato que se conserva en el museo del Ejército.

Fue enterrada en el Hospital la Buena Dicha, en la calle de Silva que acogía a la gente pobre. En este lugar fueron atendidos muchos de los heridos en ese trágico día y fueron enterrados muchos de los caídos.

Por el hecho de morir tan joven y entregando su vida a la causa de la libertad hizo que se creara en torno suyo una gran leyenda de heroína y Madrid dedicó un barrio a su memoria.

Del trágico desenlace de su muerte hay dos versiones, a caballo entra la historia y la leyenda:
Hay quien sostiene que acompañó a su padre cuando éste decidió encerrarse en el Parque de Monteleón, cuya defensa era considerada imprescindible para la salvación de Madrid, al mando de Daoiz y Velarde, y Manolita ayudaba a los defensores llevando municiones en su falda yendo de un lugar a otro del Parque y siendo alcanzada por las balas francesas nada se pudo hacerse por su vida. Su padre recogió su cuerpo y una vez concluida la lucha desapareció con él por la calle San Andrés.

Otra versión nos dice que fue detenida cuando regresaba de su trabajo de bordadora camino de su casa y la encontraron unas tijeras. Como el general Murat había anunciado el castigo a toda persona que llevase armas fue incluida en la lista para el macabro fusilamiento que se llevó a efecto en la madrugada del día 3.

Esta segunda versión parece ser la auténtica en base a los últimos documentos encontrados
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