sábado, 16 de mayo de 2009

LA PRADERA DE SAN ISIDRO

La pradera de San Isidro

Lo que fuera una amplia pradera en tiempos no muy lejanos ha ido cediendo ante el avance destructor de la urbanización y el asfalto. Y es muy probable que ante la amenaza insistente de su desaparición el santo Isidro haya ejercido sus potencias milagreras y ha detenido su destrucción.

Desde esta magnífica atalaya Goya pudo disfrutar del bello horizonte madrileño y que inmortalizó con sus hábiles pinceles…
Un sencillo monumento esculpido en piedra con el busto del pintor indica el lugar desde el cual puede observarse una bella perspectiva:


“Goya 1745-1828. Desde este lugar Francisco de Goya, pintó en 1788 la Pradera de San Isidro, inmortalizando así el paisaje de Madrid y el ambiente popular de sus fiestas. La efigie de este monumento fue esculpida en 1932 por el insigne escultor Juan Cristóbal 1898-1961”. El Ayuntamiento de Madrid en su XXV aniversario”.


Es evidente que hoy ya es otro horizonte. Por un lado la demolición de varios campanarios de iglesias y conventos y, por otra parte, la construcción de “rascacielos” han dado una nueva fisonomía, pero sigue siendo muy atractivo.

Es también diferente el colorido de la fiesta y su música, pero la intención del pueblo sigue siendo la misma, divertirse en la pradera al menos por un día. El día del Santo Patrón. El día de San Isidro.

“Todo Madrid en el día
de San Isidro, su Santo,
va sin pena ni quebranto
a su ermita en romería”



Fragmento de la leyenda situada en el muro de la fuente:

“O ahijada tan divina como el milagro enseña,
Pues sacas agua de peña, milagrosa y cristalina, el labio
Al raudal inclina y bebe de su dulzura.
Que San Isidro asegura que si con fe bebieres
Y calentura trujeres volverás sin calentura”.

“Quedando Ivan abrasado
De un impulso celestial,
Ofrece el labio al cristal
Y al desengaño el cuidado;
Del Santo a los pies postrado,
Muestra lo que se arrepiente;
Ya conoce qué bien siente
Que en él son muestras pequeñas
Sacar agua de las peñas,
Siendo de las gracias fuente”.
Miguel Botello.

“Bebe Iván dulce cristal
E Isidro lágrimas bebe,
Dura la fuente a quien debe
Madrid salud celestial;
Pierde el río su caudal,
Con estar juntos los dos,
Y ella, perenne por vos,
Dice que milagro fue,
Que como es fuente de fe,
No puede faltarle Dios”.
Lope de Vega.


Estuvimos en la romería




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